Luego cinco semanas de parálisis total por falta de humedad en la tierra, el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe celebraron que «las lluvias de variadas intensidades e irregulares montos revirtieron» el panorama de seca.

 

Las lluvias ocurridas este fin de semana en los departamentos del centro-norte de la provincia de Santa Fe permitieron retomar la siembra de maíz de primera y de girasol, tras cinco semanas de parálisis total por falta de humedad en la tierra.

 

La novedad fue confirmada en el informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, en el que se dio cuenta que «las lluvias de variadas intensidades e irregulares montos revirtieron» el panorama de seca y «modificaron los escenarios productivos».

 

No obstante, las lluvias llegaron en forma tardía para algunos productores, que condicionados por las ventanas óptimas de siembra de maíz y girasol resolvieron concentrar sus esfuerzos en la siembra de soja temprana, que de esta forma aumentará la superficie prevista para la campaña 2023/2024 en torno al 10% en la provincia.

 

En tanto, en las cuencas lecheras santafesinas, dada la disponibilidad de humedad en el perfil superficial y con buen piso, se reanudaría la siembra de maíz temprano, aunque con fechas atrasadas y no óptimas.

 

Hasta el momento se han sembrado 76.900 hectáreas de girasol, lo que representa el 58% de la superficie estimada previamente con un total previsto de 132.600 hectáreas.

 

En relación al maíz de primera, la intención de siembra fue prevista en unas 95.000 hectáreas en la provincia de Santa Fe. Hasta el momento se cubrieron 23.750 hectáreas, equivalentes al 25% del total.

 

En cuanto a la cosecha de trigo, esta semana se avanzó a buen ritmo por las buenas condiciones climáticas y se obtuvieron rendimientos con valores similares a los del comienzo del proceso, con promedios de entre 10 a 15 quintales por hectárea y lotes puntuales que oscilaron desde los 23 hasta los 25 quintales.

 

El informe detalló que el 40% de la superficie sembrada con trigo se encuentra en estado bueno, con algunos lotes muy buenos, un 35% en situación regular y el 25% en mala condición.