«¡Ni el juez, ni el fiscal, ni ustedes me van a hacer bajar la música!»
Un hombre de 51 años quedó detenido este lunes, en horas de la noche, acusado por varios delitos cuando la policía fue a pedirle que bajara el volumen de la música. Finalmente recuperó la libertad.
Vecinos aturdidos de la ciudad de Malabrigo realizaron numerosos llamados a la policía este lunes, en horas de la tarde noche, denunciando la existencia de una reunión con música a todo volumen que rompía con la parsimonia del primer día de la semana.
Efectivos de la Comisaría 6ta. de dicha localidad acudieron en dos oportunidades al inmueble señalado; la primera a modo de advertencia y la segunda para aprehender a su dueño, el cual respondió en forma agresiva y exaltada.
«¡Ni el juez, ni el fiscal, ni ustedes me van a hacer bajar la música!», les gritó B.M. de 51 años, a los uniformados que se encontraban en la vereda de su casa, ubicada en calle San Martín y 1° de Mayo. Como ésta era la segunda vez que acudían para solicitar que bajara la música, el hombre, que según la declaración del personal policial «emanaba aliento etílico», comenzó a insultarlos y a proferir amenazas, a las que se sumaron algunos de los miembros de su familia, que también participaban de la reunión.
Calabozo destrozado
Como resultado, B.M. terminó con las esposas puestas y fue trasladado hasta la dependencia policial para su identificación. Pero una vez alojado en el calabozo, el hombre emprendió con golpes de puños y patadas, destrozando la puerta de 2,10 metros de altura, por lo que se informó de lo ocurrido a la fiscalía.
En tal sentido, el funcionario a cargo ordenó que se le inicie causa por varios delitos, entre ellos «atentado y resistencia a la autoridad», «amenazas coactivas», «daño calificado» y «lesiones leves calificadas». Una vez finalizado el trámite, recuperó la libertad.
Fuentes policiales señalaron que la primera intervención en el domicilio mencionado ocurrió a las 20.30, a causa de varios llamados, y que tras las negativas y evasivas del morador, decidieron retirarse del lugar, donde también había otras personas en lo que parecía una fiesta privada.
El Litoral