Cuando concluyeron las reuniones paritarias de la semana pasada había una predisposición de la dirigencia gremial a acompañar y aprobar la propuesta. En algunos lugares no ocurrió eso y evidentemente era difícil que la aprobaran si ni siquiera había una moción de aprobarla», confesó el Gobernador Miguel Lifschitz sobre la decisión de los docentes de gestión pública nucleados en AMSAFE de rechazar la propuesta salarial ofrecida por el gobierno.
Esta vez «las bases» desbordaron a las dirigencias gremiales (con excepción de aquellos sindicatos donde sus cuerpos directivos están facultados para decidir).
La pregunta es «por qué?.
Al gobierno le consta que las cúpulas de AMSAFE y SADOP no querían que la sangre llegare al río. Al titular de ATE Jorge Hoffmann en el plenario le rechazaron su moción de acuerdo; y Jorge Molina de UPCN tuvo que sudar gotas de sangre para lograr que por tan solo 45 votos (sobre 1335 delegados) triunfara la moción de aceptación.
La técnicamente aceptable explicación de la Secretaria de Energía Verónica Geese sobre las abultadas cifras en las boletas de la luz (EPE), llegaron a los insensibles oídos de una población devastada moralmente por la sucesión de aumentos de todos los servicios públicos (y privados, como la TV prepaga, el abono de los teléfonos móviles y líneas fijas, servicios «premium» de televisión, música por streaming, cuotas de clubes etc,).
Los comerciantes, sea por incapacidad financiera o para no resignar mayores ganancias, trasladan los aumentos a precios finales. Y la calesita perversa del aumento de precios – y de la inflación – no deja de girar. Una digresión alertada por esta columna hace un año atrás: el ex- Ministro Cavallo sigue recomendando al gobierno nacional una reforma monetaria.
El Gobernador Lifschitz insiste – no sin razón – que el ofrecimiento salarial de su gobierno es uno de los mejores, sino el mejor, del país (aunque uno de los motivos de la bronca de «los estatales» y maestros está centrada en lo que consideran un tramposo aumento del 18 % que incluye el 1,1% de cláusula gatillo correspondiente al 2017, con lo cual el incremento real, dicen, es de tan solo 17 %).
Los sindicatos privados comenzaron a cerrar paritarias de acuerdo con lo sugerido por el gobierno nacional: 15 %; y menos también.
¿Y entonces?. Siempre es más sencillo hacerle un paro al Estado que a los privados. El Estado a lo sumo podría llegar a descontar los días no trabajados; no más. Y de última, algo se consigue.
Los 30 mil agentes de la administración central cobrarán en abril el salario con el 9 % de aumento porque UPCN, el gremio con mayor representación en la paritaria (3 a 1) aceptó el ofrecimiento gubernamental.
Los 77 mil maestros cobrarán en sueldo de abril sin el aumento, porque AMSAFE el gremio con mayor cantidad de afiliados lo rechazó.
¿Cómo se sale del laberinto docente?. Ni el gremio podría entrar en la vorágine suicida de huelgas interminables; ni el gobierno estaría en condiciones de afrontar semejante desgaste político.
¿Qué ocurrió otras veces?: aumento de la suma fija para «material didáctico» y en un solo pago. Y otras reivindicaciones orgánicas internas.
En el «mientras tanto», habrá un graneado fuego dialéctico gremial que incluirá, entre otros reproches, el haber firmado el Consenso Fiscal que incluye precisamente «perjudicar a los trabajadores» (aunque se les haya ofrecido un aumento superior al estipulado en el Consenso).
El Gobernador podría cerrar la paritaria docente por decreto, pero se expondría a un innecesario costo político.
La reforma de las cenas.
Otra comida. En este caso un asado. Una vez más en la residencia del Gobernador; esta vez el turno fue con los intendentes peronistas.
De la misma manera que a los presidentes comunales peronistas, senadores, y antes a su propia tropa del FPCyS Miguel Lifschitz, flanqueado por el imperturbable Ministro de Gobierno Pablo Farías, les habló en tono cadencioso de la necesidad institucional e histórica de adecuar la Constitución santafesina, no sólo a lo normado en la Carta Magna nacional reformada en 1994, sino a los novedosos tiempos sociales que corren. Y naturalmente les asegura su autoexclusión de cualquier atisbo reeleccionista si ello fuese el impedimento.
Todos los comensales de ayer y de hoy disimulan delicada y respetuosamente sus convicciones de que, animal político al fin, el Gobernador en verdad quisiera ser reelecto; y por lo tanto unos como otros (jefes comunales, senadores e intendentes) posan los mejores buenos modales frente al jefe de estado dueño, además, de la generosa caja de la cual quieren seguir beneficiándose hasta que el Congreso partidario rechace la reforma (para este año) cuya Ley de Necesidad es probable que el Gobernador anuncie el 1º de Mayo.
Y las cosas comiencen a ponerse feas.