La pretensión del Ministerio de Economía es corregir también una serie de distorsiones que se producen al interior del impuesto, y que provocan que dos propiedades idénticas, según el momento en que fueron tasadas, paguen montos diferentes.

 

El ministro de Economía, Gonzalo Saglione, adelantó que estudian un aumento del impuesto Inmobiliario Rural para 2018 que oscilaría entre el 25 y el 30 por ciento. En diálogo con la prensa después de la reunión del Consejo Económico y Social, el funcionario confirmó que en las próximas semanas, el Poder Ejecutivo estaría remitiendo a la Legislatura el proyecto con cambios a la estructura impositiva provincial, de acuerdo con lo consensuado en la Comisión de Análisis Tributario.

 

En ese marco, Saglione reveló que particularmente con el Inmobiliario, se pretende actualizarlo – y aumentarlo -, pero también, corregir una serie de distorsiones que se producen hacia el interior de ese tributo.

 

“Particularmente sobre Inmobiliario Rural -explicó-, lo que dijimos es que a propósito de este consenso fiscal propuesto por Nación, debemos aspirar a que en 2018 se den dos situaciones: por un lado, que deje de perder importancia relativa en la estructura de la provincia; y por el otro, que se corrijan distorsiones hacia el interior del propio impuesto”.

 

En cuanto al primer aspecto, el ministro recordó que actualmente, “el Inmobiliario representa el 7% de lo que recauda la provincia, cuando en la década del noventa representaba más o menos el 25%. El gobierno nacional -advirtió- quiere que se vaya recuperando en la estructura tributaria la participación de esos impuestos patrimoniales”.

 

Sobre esa base, adelantó que piensan en un esquema para 2018 donde el Inmobiliario Rural tendría “para las categorías menores, un aumento del orden del 25%, y del 30% para las partidas de mayor valor”.

 

Distorsión

 

El segundo aspecto que el Ministerio de Economía quiere abordar el año que viene, tiene que ver con la distorsión hacia el interior mismo del impuesto. “Lo que pretendemos introducir al debate para 2018 en materia de Inmobiliario Rural -dijo Saglione- es cómo empezamos a corregir esas distorsiones. Esto significa que dos propiedades que valen lo mismo en el mercado pagan diferente monto de impuesto inmobiliario dependiendo de en qué momento fueron valuados o tasados esos bienes, y se incorporaron al Catastro provincial”.

 

Sobre esa base recordó que “como tenemos valuaciones muy desfasadas que datan de la década del 70, los precios relativos de las propiedades están distorsionados. Entonces, lo que pretendemos es que para todas aquellas partidas de inmobiliario rural que tienen un valor fiscal en relación al de la década del 70 superior a la media del sistema, es decir, que hoy están beneficiándose con esa inequidad, empiecen a ser corregidas”.

 

El funcionario aclaró que dicha corrección “no se puede hacer de un año para el otro, porque el promedio (del valor en pesos) de los campos de 2014 es 25 veces el de la década del 70, pero hay propiedades que son 50 veces ese valor”. Por eso, consideró que existe “un problema de inequidad hacia el interior del impuesto que es lo que queremos empezar a cambiar”.

 

Urbano

 

Respecto del Inmobiliario Urbano, según pudo saber El Litoral, no hay porcentajes definidos aún para el aumento, aunque podrían oscilar entre el 20 y 30%, según la categoría del inmueble. Cabe recordar que el 55% de las partidas de Urbano pagan el mínimo (225 pesos por año). Allí están ubicadas las categorías 1, 2 y 3 que comprenden los inmuebles de menor valuación. Las categorías 4 y 5 corresponden los valores intermedios, y las restantes (6, 7 y 8) son las de mayor valor inmobiliario. Los aumentos serían progresivos, y función de dichas categorías.

 

Fuente – El Litoral.com