El gobierno del Ing. Lifschitz necesita llegar a fin de año sin mayores conflictos gremiales ni sobresaltos económicos. Lo primero estará garantizado con el bono de fin de año; mientras lo otro depende del gobierno de Mauricio Macri. Los números de la Provincia están bajo control.
El juego de las necesidades
El sindicalismo que representa a los gremios estatales necesita darle una respuesta a las inquietas bases que quieren recuperar poder adquisitivo.
El radicalismo necesita saber qué hará el Gobernador el año que viene con el calendario electoral para definir su trepidante situación interna.
El peronismo necesita urgente un candidato/a que lo salve del papelón histórico el año que viene en las intermedias legislativas nacionales.
Y la sociedad necesita saber qué pasará con la economía durante el expectante 2017. Para peor – o no tanto – en EEUU ganó Trump.
Algunas de las respuestas a los interrogantes planteados ya fueron adelantadas en esta columna hace semanas: por ejemplo que el gobierno provincial no abriría las paritarias salariales, y a cambio negociaría una suma fija de dinero (bono) para las fiestas.
Para tranquilizar los deseosos ánimos de los gremialistas, el Gobernador le pidió a su sereno Ministro de Gobierno Pablo Farías que los invite a una mesa de diálogo para, con la encomiable excusa hablar de la situación económica y laboral, hacerles saber que efectivamente si bien en lo poco que queda de este año no reabrirá la paritaria salarial, habrá bono de fin de año.
La cifra seguramente la harán trascender esta semana, será menos de dos mil pesos ($¿1.800?) y la idea del Ejecutivo es que no abarque ni al Poder Judicial ni las categorías más altas de la administración pública. Vale recordar que el último bono anual lo dio Antonio Bonfatti en el año 2014 y fue de $ 1.700. Lifschitz otorgó en febrero de este año $ 1.500 a cuenta de la negociación paritaria que cerró en un 30 % de aumento en dos tramos.
Frente tormentoso
Cuando hace un mes el Gobernador se molestó con su Vice Carlos Fascendini (utilizando desacertadamente la página oficial para hacerlo saber) porque éste pidiera públicamente a los sectores radicales Universidad y MAR que retiren sus hombres del gobierno si estaban jugando en Cambiemos, fue porque el ansioso esperancino compañero de fórmula le estaba anticipando los tiempos que el flemático Gobernador quiere que lleguen naturalmente.
Será en enero del 2017 cuando Lifschitz anuncie que las elecciones para elegir Comisiones Comunales, Concejales y 12 intendentes será unificada el tercer domingo de Octubre con las legislativas (Diputados) nacionales.
En ese momento eclosionará el FPCyS. Y nacerá una nueva coalición sin algunos radicales.
Los radicales que militan en Cambiemos (M.A.R y Universidad) lo presienten, y no ocultan su malestar y empiezan a revolear encuestas que le dan muy mal en Rosario al seguro candidato a diputado nacional del FPCyS (o como se llamare para la contienda nacional) Antonio Bonfatti.
Nada amedrentará a los correligionarios NEO aliados al socialismo que hincan al Gobernador (con la venia del buró socialista) para que unifique las elecciones «y de una buena vez terminemos con el doble status de estar en los dos lados a la misma vez» (por sus afiliados de Cambiemos), argumentan.
En ese momento (si Lifschitz unificare las elecciones) se hará realidad por peso propio el deseo de Fascendini: los funcionarios radicales de los sectores que abrevan en Cambiemos deberán – deberían – a pedido de sus jefes internos dejar sus cargos. O desertar y quedarse en el FPCyS. En Rosario, el MAR se anticipó al vendaval y anunció que irá por fuera del FPCyS con lista propia a Concejales.
El PDP, socio importante en el FPCyS (con presencia electoral en más de 30 comunas) al decir de su líder Gabriel Real no sacará los pies del plato: «nosotros estamos en el FPCyS, aclara el diputado oriundo de Firmat, pero será nuestro Congreso provincial de manera orgánica el que resuelva donde vamos jugar el año que viene». Real susurra por lo bajo que no se irán del FPCyS, y que la decisión de participar en la Mesa nacional de Cambiemos por parte de la diputada nacional Ana Copes «es a título personal».
El radicalismo capitalino en Cambiemos llegado el caso en Cambiemos apostará fuerte a la figura del intendente de Santa Fe José Corral para encabezar la lista de diputados nacionales que disputaría con la de Bonfatti el cuarto diputado nacional. Si ello ocurriese, en esta ciudad capital habría que llamar a elecciones (a mediados del 2018) para terminar el mandato de Corral, y el elegido sería Mario Barletta, que quizás se las vería cara a cara con el senador por La Capital Emilio Jatón.
El PRO también debate su futuro.
En tanto, el PRO vernáculo navega en un mar de incertidumbres y soterradas internas. El diputado Norberto Nicotra conversa con sus ex- compañeros peronistas para arrimar dirigentes al aljibe sectorial. Lo propio hace el diputado Federico Angelini, vía el Ministro Rogelio Friguerio, enfrentado con la diputada nacional Anita Martínez; mientras otro diputado, Raúl «Oreja» Fernández, ajeno a esos avatares internos, espera que a fin de año su amigo Miguel del Sel deje la Embajada en Panamá para – quizás en junio del año que viene – retomar la actuación con Midachi, a la espera de que en el 2019 Mauricio Macri lo llame para ser nuevamente candidato a Gobernador.
Peronismo al garete
«Si no juega María Eugenia Bielsa a diputada nacional (hecho casi improbable por lo cual algunos apuestan a su hermano Rafael) vamos camino al papelón histórico», reflexionaba entre resignado y lacerado un senador peronista, que avizora un panorama oscuro para el año que viene, imaginándose como meros espectadores de la magnífica contienda entre los dos grandes sectores gobernantes: el FPCyS y Cambiemos. «El único que puede mojar es el «Chivo» (Agustín Rossi) si el kirchnerismo duro aún conserva la base de sustentación que dicen tener», auguraba el hombre, imbatible en su Departamento.
El viernes el Foro de Presidentes comunales Pueblos Libres se reunirá en Centeno con Omar Perotti (quien a propósito le agradeció a Macri los elogios seductores, pero dice que sigue siendo peronista). Los líderes locales le plantearán al Senador nacional la falencia de candidato para «salvar las pilchas» (aunque tampoco nadie da la vida por los diputados nacionales) en Octubre próximo.
El despegue económico no llega
La ultima necesidad, más prosaica pero no menos atrayente para los ciudadanos es la economía: «si no viene rápido una reactivación de la economía y un retroceso de la inflación, probablemente podamos tener un escenario más complicado», se despachó el Gobernador Lifschitz desde Chile donde encabezaba una misión comercial.
Su ministro de la Producción Luis Contigiani ya lo venía anticipando: «estamos haciendo políticas contracíclicas para amortiguar la situación», declaró el funcionario al portal rosarino Cruz del Sur; «pero lo que estamos haciendo es comprar tiempo; las provincias tienen que recuperar márgenes de federalismo fiscal. ¿Quién grava la renta financiera?», se preguntó.
Este funcionario no afiliado a ningún partido político y de confesa formación «jesuita y cristiana» señaló que «el mayor rendimiento económico de este año fue la operación de títulos de Lebacs al 38 por ciento combinados con dólar Rofex Futuro. Esa operación daba 12 a 13 por ciento de ganancia de renta financiera. Esos son grandes capitales internos y externos haciendo una fenomenal ganancia millonaria. Y eso no derrama nada. Mientras tanto, se le pide al pueblo sacrificio con las tarifas. ¿Quién grava esa renta? Porque mientras tanto se sigue gravando a los alimentos con el IVA y a las pymes con Ingresos Brutos».