Montados en la situación de violencia que viven Rosario y Santa Fe, usando la legítima manifestación y angustia de la gente, el PRO y sus aliados (incluídos los radicales que superviven en ambos espacios) han operado, via Patricia Bullrich y su equipo, para no darle gendarmes a la provincia, y ponerla en el ojo como la única provincia donde hay problemas.
No hacen lo mismo ni con Buenos Aires ni con Córdoba, ni con ninguna provincia que se rindió a sus pies, a causa de la economía y las finanzas.
Nos deben 60 mil millones de pesos de Coparticiación, ordenados por la CSJN, y no quieren pagarlos. No autorizan los créditos internacionales que aprobó la legislatura de Santa Fe, no ayudan a la producción santafesina afectada por las inundaciones, y les molesta el trabajo de protección que hace el gobierno a la industria y la producción.
La acción es lisa y llanamente golpista, busca intervenir la provincia o desestabilizarla. No lo disimulan: Bullrich dijo: “hay que intervenir la policía de Santa Fe”, Frigerio ayer arengó “hay que prepararse para gobernar Santa Fe”.
¿No es demasiado? El PRO quiere Santa Fe ya, y apunta groseramente contra el gobernador y el gobierno legítimo de los santafesinos.
Por pensar diferente.
Por ejercer nuestros derechos.
Por no someternos, ni rendirnos a sus planes. Que como vienen demostrando, son planes de pobreza, de beneficios a los grandes grupos económicos, y de destrucción a la producción local, especialmente a las pequeñas y medianas empresas.
Por Coni Cherep