En agosto comienzan las discusiones para aprobar un nuevo plan de estudio. Quieren que esté finalizado en 2017. Los chicos y chicas de la primaria serán consultados sobre qué quieren aprender.
Los chicos y chicas de la primaria serán consultados sobre qué quieren aprender, qué les gusta de la escuela y que piensan que hay que cambiar. Aseguran que sumarán sus opiniones al nuevo diseño.
Se vienen cambios en la enseñanza y en los aprendizajes de la escuela primaria santafesina. En agosto, el Ministerio de Educación de la provincia lanza un proceso de reforma curricular, que proyecta tener aprobado el año que viene. La novedad es que para diseñar el nuevo plan también se tendrá en cuenta la opinión de los chicos y chicas. Además, el acento estará puesto en las prácticas docentes en torno a los contenidos.
La directora provincial de Desarrollo Curricular, Silvia Morelli, es quien da las primeras pistas de cómo se preparan los cambios para la escuela primaria. Y si bien los detalles en la entrevista con La Capital se centran en la educación primaria, la funcionaria señala que también alcanzarán al nivel inicial y la modalidad especial. En agosto próximo comenzará en la provincia el proceso formal de esta reforma. Será de “consultas permanentes con las escuelas”, incluirá la opinión de los docentes, los asistentes escolares y las familias, y la de los niños y niñas de la provincia: “Queremos saber cómo se sienten en la escuela, qué piensan que debería tener y que todavía no tienen, cómo les gustaría que fuese una jornada escolar, qué les gustaría aprender y qué les gusta aprender”.
Un equipo central de profesores experimentados en educación primaria y en los problemas propios de este nivel (como los de articulación, educación intercultural bilingüe, alfabetización, entre otros) es el encargado de pilotear el proceso de reforma.
Morelli señala aquí que uno de los ejes está puesto en la educación especial, concretamente en pensar la inclusión, la modalidad especial, en forma integrada a los cambios, “no de manera disociada”.
Para fin de año, en diciembre, el Ministerio provincial programa tener una primera aproximación del nuevo diseño y en 2017 aprobarlo. Morelli asegura que será construido con los insumos que derivan de los cambios en las prácticas docentes. “Hay transformaciones que hay que hacerlas en la práctica, y esos resultados utilizarlos en el nuevo diseño; porque nunca un cambio de diseño te garantiza un cambio de práctica”, propone como desde otra mirada.
Proyecto de vida
¿Y qué se espera? ¿Qué aprendizajes deberían estar garantizados para cuando un chico termine la escuela primaria? Morelli responde que “el primer aprendizaje tiene que ver con la vida, con poder plantearse un objetivo, un proyecto, y con reconocerse como un ciudadano, pequeño, de 12, 13 años”.
Para ese objetivo, el horizonte indiscutido es la continuidad de los estudios por lo menos en los próximos 5 ó 6 años que siguen: “Pensar que la educación sigue, que terminó su educación primaria pero que continúa en la secundaria. Y que ese proceso de vida lo va a llevar a pensarse como un ciudadano social y político”. También —agrega— se espera que al finalizar la educación primaria los chicos no sólo estén alfabetizados en lectoescritura sino también en distintos lenguajes (como los artísticos), en lo tecnológico, en lo científico, en su relación con lo social, en poder leer un problema, pensar que puede resolverse y tener herramientas para hacerlo”.
Hasta el momento las escuelas primarias santafesinas disponen para guiar los contenidos de su enseñanza de los llamados NAP (Núcleos de Aprendizajes Prioritarios), que como anticipa su nombre son los conocimientos básicos y comunes que deben aprender los chicos en su paso por la primaria.
NAP y Nics
Los NAP fueron aprobados a nivel nacional en 2005, impulsados desde la Nación y en un acuerdo con todos los ministros de Educación del país. Resultaron necesarios para organizar la dispersión y graves consecuencias que dejó la reforma educativa de los 90, con la aplicación de la ley federal de educación. Unos años antes la provincia había aprobado su propio diseño para la primaria. En otras palabras desde hace por lo menos una década, en este terreno no se han reformulado los programas de estudio para este nivel, ni el inicial.
La reforma que ahora impulsa la provincia pretende poner el eje en la enseñanza, en los contenidos y luego en los aprendizajes. Eso explica que desde este año, en Santa Fe se hayan incorporado al vocabulario pedagógico los NICs (Núcleos Interdisciplinarios de Contenidos). Morelli aclara que no se trata de reemplazar “Nap por Nics” como en un juego de términos, sino en dónde se piensa poner el acento. En esta oportunidad, será primero en la enseñanza, en las prácticas docentes.
Explica entonces que los Nics habilitan la educación “interdisciplinaria, los espacios comunes que hay en las disciplinas, y aquella relacionada con los problemas sociales inmediatos del contexto donde está la escuela”. De alguna manera a una enseñanza basada en los problemas, que admiten distintas miradas, tales los casos de cambio climático, las adicciones, la democracia, entre otros.
Para eso en Santa Fe ya hay 98 escuelas primarias del sur provincial (región VI y V, que corresponden a Rosario y la zona de Cañada de Gómez, respectivamente) analizando estos nuevos contenidos para la educación primaria. Según la funcionaria, en estos días se suman escuelas de la Región IV (Santa Fe capital). La directora provincial adelante que en poco tiempo estará disponible un segundo documento (“Recursos para la enseñanza”) donde estarán disponibles “para cada uno de esos Nics libros, películas, datos de ONGs, de instituciones, documentales, entre otros datos, de manera que tengan más autonomía de trabajo”.
Continuidad en las políticas
Detrás de estos documentos (Nics y recursos) definidos como relevantes para este proceso de cambio curricular, Morelli menciona a un equipo que trabaja dentro de la Dirección de Desarrollo Curricular. Lo integran profesores de química, física, psicología, de ciencias de la educación, de ciencias sociales, geografía, ciencia política e historia, entre otros.
También admite que es posible encarar estas transformaciones “por la continuidad de la gestión”. La ministra Claudia Balagué asumió la cartera educativa en diciembre de 2012 en el gobierno de Antonio Bonfatti y fue ratificada en el cargo por el actual gobernador Miguel Lifschitz. Además del proceso de titularizaciones docentes que se vienen dando en la provincia, en particular en el equipo de supervisores y de directores. Dice que no sólo es clave la estabilidad laboral alcanzada sino la renovación en la formación y las prácticas de los educadores.
En los planes que el Ministerio tiene para la nueva escuela primaria está poner el acento en la institución escolar, “pensarla como unidad de desarrollo curricular”. La funcionaria explica que se buscan fortalecer estas instituciones y los equipos directivos “para que puedan hacer un desarrollo casi autónomo de ese currículo”, sin descuidar los objetivos que marcan las políticas educativas provinciales. Otro aspecto que se considera en este nuevo diseño es la necesidad de incorporar a las familias, hacerlas visibles. “No son actores que están por fuera de la escuela”, recuerda.
Articulación entre niveles
También se analiza —continúa—— tomar en cuenta el modelo pedagógico de jornada ampliada para llevarlo al nuevo diseño de primaria de todas las escuelas: “Esa experiencia de trabajar con los lenguajes de las artes, de las lenguas extranjeras, de poder pensar el emprendedorismo tiene que servir para fortalecer todas las escuelas”.
La articulación de la educación primaria entre niveles entra en los ejes principales de estos cambios. En este caso entre el nivel inicial y el secundario. Se trata de pensar —dice Morelli— la sala de cinco años con el primer ciclo de la primaria como una unidad de aprendizaje, en especial cuando se piensa en la alfabetización, en la enseñanza de la lectoescritura. Habla de discutir cómo mejorar este proceso de apropiación de los más pequeños de la lengua escrita, en el momento que ocurre “que es entre los 5 y hasta los 8 años”. “Para más tarde pensar la alfabetización en lo tecnológico, en las imágenes, en los múltiples lenguajes simbólicos y en lo científico”, añade. Pone el énfasis en considerar el tiempo necesario que requieren los nenes y nenas para aprender a leer y a escribir, que para algunos se concreta en el jardín de infantes y para otros se afianza en el tercer grado.
Y respecto de la articulación con el nivel secundario, asegura que se trabaja para fortalecer la relación de la primaria “fundamentalmente con el ciclo básico (los dos primeros años) de la educación secundaria, que es donde hay mayor deserción y repitencia”.
Según la directora provincial, en el programa de acciones que planifica el Ministerio para estos cambios curriculares está también trabajar en forma simultánea con la formación docente, en los profesorados que preparan a quienes serán las futuras maestras y maestros de la educación primaria, inicial y especial.
FUENTE: La Capital