Por una décima. Así de exigua es la diferencia que le sacó el candidato del Frente Progresista, Miguel Lifschitz, a su rival del PRO, Miguel del Sel, en el recuento provisorio. Ambos, sin embargo, se declararon ganadores, por lo que el futuro gobernador de Santa Fe se va a dirimir en el escrutinio definitivo. A este escenario de dos hay que agregarle un tercero, ya que el postulante del Frente Justicialista para la Victoria, Omar Perotti, avisó que dará pelea legal y adelantó que pedirá el conteo de hasta el último voto.
Al cierre de esta edición, con el 93, 68 por ciento de las mesas escrutadas, Lifschitz se imponía sobre Del Sel por algo más de 2.000 votos. Se vienen ahora días cargados de adrenalina pura en el Tribunal Electoral provincial para el recuento definitivo de unas elecciones marcadas por una extrema paridad, con dos candidatos que se adjudican la victoria y un tercero (Perotti) que aun imagina que puede alzarse con la Gobernación santafesina, ya que en los datos del escrutinio provisorio está a solo un punto de los candidatos más votados.
Aun en este escenario de empate, en el Frente Progresista están confiados en estirar la diferencia con Del Sel debido a que de los más de 198 telegramas desestimados en toda la provincia, más de 100 corresponden a la ciudad de Rosario, el distrito donde Lifschitz pudo hacer la diferencia y acortar la distancia que le había sacado Del Sel en las primarias de abril pasado.
Precisamente aquí estuvo la clave que le puede dar el triunfo final a Lifschitz: Rosario volvió a fidelizar su pertenencia al Frente Progresista al sacarle casi diez puntos al PRO. Del Sel no pudo hacer pie en la ciudad y eso recortó sus chances de arrebatarle la Gobernación al oficialismo. Si se confirman estos resultados, el ex Midachi, al igual que en 2011, se quedó a las puertas de un triunfo por escaso margen.
El candidato del PRO tampoco pudo hacer diferencia en la capital provincial, donde en las Paso había superado con holgura a Lifschitz. Pero ayer en la ciudad de Santa Fe el ganador fue Perotti, y la distancia de Del Sel con el candidato socialista fue algo más de 3.000 votos.
De los tres candidatos, el que más crecimiento tuvo desde abril hasta las generales de ayer fue el postulante peronista. Perotti en las internas obtuvo el 22 por ciento de los votos, y ayer lo incrementó hasta pasar el 29 por ciento. Traducidos a votos, más de 200 mil más que en las Paso.
Perotti tuvo una elección pareja en toda la geografía provincial, con puntos altos en el centro-norte, pero también en enclaves del sur, como en el departamento San Lorenzo.
Del Sel, quien en las primarias resultó ganador con el 32 por ciento de los votos, ayer no pudo pasar esa barrera porcentual. El candidato del PRO se estancó y no pudo (o no supo) torcer la historia a su favor, sin aprovechar el handicap que le había otorgado ser el ganador en las Paso, incluso si se sumaban los votos de Lifschitz y Barletta juntos.
La hipótesis de una fuga de votos de Barletta hacia del Del Sel se derrumbó. Lifschitz pudo mantener gran parte de esa caudal en el torrente del Frente Progresista, y los que se fueron, no los capitalizó Del Sel sino Perotti.
El líder del PRO, Mauricio Macri, se quedó por el momento con las ganas de tener la foto más preciada: mostrar un triunfo en el tercer distrito electoral, el primero por fuera de la Capital Federal, lo que le iba a permitir insuflarle más aire a su candidata presidencial. Aún así, su ascendencia en Santa Fe no es desdeñable para lo que se juega en octubre.
En ese juego de las disputas presidenciales, el más favorecido resultó Daniel Scioli, quien patrulló Santa Fe junto con su esposa, Karina Rabolini, para aupar a Perotti. El candidato presidencial del Frente para la Victoria mostró empatía con el rafaelino, más allá del peso propio con el que cuenta Perotti. Este resultado lo vuelve a colocar como una referencia del atomizado peronismo santafesino.
Lifschitz y el socialismo se jugaban todas la fichas en Rosario. Tras la mala elección en las Paso, el comando socialista se rearmó con Hermes Binner a la cabeza, más la suma de otros dirigentes que le otorgaron una visión de mayor amplitud al frente.
Más allá de lo que suceda ahora con la batalla legal en el Tribunal Electoral, lo cierto es que el próximo gobernador asumirá con apenas el 30 por ciento de los votos. Una situación de debilidad que deberá revertir para darle sustento y gobernabilidad a la próxima gestión.
Si los números finales confirman su triunfo, Lifschitz podrá gozar de una situación política favorable que no tuvo desde el inicio la gestión de Antonio Bonfatti. El actual gobernador se impuso holgadamente en la categoría de diputado, por lo que el Frente Progresista pasará a dominar la Cámara baja provincial.
Otra etapa se abre a partir de mañana, donde toda la atención estará puesta en el trabajo de los fiscales y los asesores legales de los partidos. Por ahora Lifschitz puede cantar ganador, pero hasta ahí nomás.

 

LA Capital