La abogada ambientalista Graciela Vizcay Gómez denunció al gobierno de Santa Fe; al presidente comunal de la ciudad de Florencia, Rubén Carlos Quain, y al Colegio de Ingenieros Agrónomos (Ciasfe 3) de Reconquista ante la Unidad Fiscal de Delitos Ambientales (UFIMA) por 18 casos de niños víctimas de fumigación.

 

Gómez solicitó la intervención de la UFIMA, a cargo de Ramiro González, luego de tomar conocimiento del caso de los niños afectados luego de una fumigación con agrotóxicos sobre un campo de algodón, al no poder presentarse para constatar la denuncia y ante el «total silencio de las autoridades, vecinos y medios locales, siendo su silencio tan o más culpable del delito aquí cometido contra inocentes», advirtió.

 

En su presentación, Vizcay Gómez consignó que el 23 de enero último «un productor rural de Campo Hardy, perteneciente al municipio de la ciudad de Florencia, Departamento de General Obligado, fumiga un campo sembrado con algodón a pocos metros de una vivienda donde viven familias que tienen varios niños».

 

Al día siguiente, tres niños de entre 3 y 4 años «presentan llagas, pústulas y granos en la cara, manos, piernas y espalda», uno de ellos con «lesiones en boca, pómulos, oídos, brazos y piernas», detalló. Tras ser trasladados al Hospital de Florencia, el médico Rodolfo M. Locatelli extendió la certificación con el diagnóstico «Dermatitis aguda por contacto con agroquímicos».

 

En tanto, señala la abogada, en otro sector del paraje, donde se encuentran 13 viviendas (de este a oeste), a pocos metros del mismo algodonal, una vecina manifestó que su hijo, de sólo 9 meses, presentó «ronchas y granos en toda la espalda, entre el pelo y la espalda» . Lo mismo había ocurrido en una anterior fumigación. En la misma guardia constataron que el menor de edad fue «afectado por agroquímicos aplicados al algodonal».

 

«Asimismo, los vecinos señalan sus huertas y plantas de mandarinas, que crecen y se deforman para luego secarse, sin llegar a concretar el proceso de madurez. Muchos vecinos trabajan para el dueño del campo y se niegan a dar nombres», consignó Vizcay Gómez.

 

La letrada indicó que «ante la falta de un listado de colegiados en la página web del Colegio de Ingenieros Agrónomos N°3 sede Reconquista, dejó ante el fiscal la tarea de «determinar la identidad del titular del campo de algodón fumigado, del aplicador o peón que realizó la aplicación que produjo tales efectos en los menores y del ingeniero agrónomo que firmó la receta».