Es cierto que viajar mal en la monopólica empresa de Transporte de pasajeros El Norte no es novedad.
En este caso el hecho fue protagonizado por el autor de esta nota que le tocó viajar en el servicio Expreso que “debía” salir de la Terminal Belgrano a las 12.50 del día miércoles 21 de enero -interno 94, patente FPR 890- que arribó a plataforma “30 minutos más tarde” y partió con “40 minutos de atraso”.
Sabiendo que era doble piso, pedí butaca abajo y me dieron el asiento 50 P, grande fue mi sorpresa cuando vi que los asientos abajo comenzaban en el Nº 61, resignado busqué arriba y encuentro que ahí tampoco figuraba mi número, o sea que me vendieron un boleto con un asiento inexistente.
Me acomodé abajo zafando que esos asientos no fueron vendidos y cuando me dispuse ir al baño -situación normal en un viaje directo sin paradas intermedias- encontré que el picaporte giraba sin funcionar…al exponer el problema al conductor se limitó a responder que él “había recibido el coche en esas condiciones”.
Como última alternativa pretendí descender frente a la Policía, parada habitual en ese servicio en la que yo mismo bajé y esperé pasajeros, a lo que el chofer me dijo –con su ahora habitual descortesía- que “esa no era parada”.
Quienes a menudo nos vemos obligados a utilizarlo vemos como a diario se manosea al pasajero sin que nadie se haga eco de las numerosas quejas que este pésimo servicio genera.
La pregunta del millón sigue siendo ¿Alguien hará algo alguna vez?
Manuel Mudry