Como complemento del Documento “Felices los que trabajan por la paz”, recientemente publicado, desde el Episcopado Argentino invitamos a todas las comunidades cristianas del país a unirnos en oración por la paz, el próximo Domingo 25 de Mayo, día en que recordamos el don de la libertad para nuestra querida Patria Argentina. Y sugerimos que dicha oración sea rezada personalmente, en familia o en grupos de vecinos, con el conocido texto de San Francisco de Asís: Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Con tal motivo, convoco a todos los párrocos y catequistas de confirmación a que, con los jóvenes que se están preparando para recibir este Sacramento, y con otros grupos y movimientos juveniles de las parroquias y sus capillas, salgan a las plazas y a otros lugares públicos para compartir un encuentro al aire libre, y distribuir a la gente el texto de dicha oración y otros motivos alusivos al tema que consideren relevantes, invitando a todos a orar para ser instrumentos de paz y reconciliación en nuestros ambientes. Esta iniciativa se podrá prolongar el sábado siguiente, vísperas de Pentecostés, ya que en ella celebramos el don de la Paz, con la efusión del Espíritu Santo.
Además, sugiero a todas las escuelas que adhieren a la Junta Diocesana de Educación Católica (JUNDEC), que durante esta semana dediquen algún momento a rezar dicha oración y a realizar alguna actividad referida a esta cuestión, conscientes de que la paz es un don, pero también es una tarea que compete a todos y que se aprende a cultivarla desde niños.
Sede Episcopal de Reconquista, 19 de Mayo de 2014. + Mons. Ángel José Macín- Obispo de Reconquista
Oración por la Paz de San Francisco
Señor,
haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, que yo ponga el amor,
donde haya ofensa, que yo ponga el perdón;
donde haya discordia, que yo ponga la unión;
donde haya error, que yo ponga verdad;
donde haya duda, que yo ponga fe;
donde haya desesperación, que yo ponga esperanza;
donde haya tinieblas, que yo ponga luz;
donde haya tristeza, que yo ponga alegría.
Señor,
haz que yo no busque tanto:
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque:
dando es como se recibe,
olvidándose de sí es como uno se encuentra,
perdonando es como se recibe el perdón,
y muriendo es como se resucita a la Vida.
Que Nuestra Señora de Luján nos cuide con su ternura de Madre y nos acompañe en la oración.