La suba responde a la paritaria del año pasado. En marzo, se había aplicado a los empleados del Congreso pero en los legisladores había quedado pendiente hasta enero de 2013 porque justo en esa fecha ya se habían duplicado las dietas.
Desde enero, los diputados y senadores nacionales cobran sus dietas con un aumento de 21,8%, por lo que ahora reciben, en promedio, un suelo de 36.382 pesos mensuales, a los que se deben sumar otros 10.000 por mes por gastos de representación.
No se trata de un arreglado pautado este año, sino del acuerdo firmado en marzo de 2012 con el gremio del sector. En esa oportunidad, la suba se implementó para los empleados legislativos, mientras que había quedado postergada hasta este año para los diputados y senadores.
Ocurre que un mes antes de firmarse esa recomposición salarial, los legisladores se habían duplicado sus dietas, algo que generó polémica y controversia. Hasta fines de 2011, cobraban un ingreso neto mensual de 15.000 a 17.000 pesos, a lo que sumaban el paquete de pasajes aéreos y terrestres para movilizarse a la Capital, además de otros beneficios, como el de desarraigo.
Es por ello que tanto Amado Boudou como Julián Domínguez, como titulares de ambas cámaras, dispusieron por resolución conjunta que el ingreso de un legislador debía ser un 20% superior al del máximo cargo de dirección de los empleados del Congreso.
Asimismo, se dispuso una reducción del 21% en el beneficio por desarraigo pero se mantuvo intacto el cobro de pasajes, 20 tramos aéreos y otros 20 terrestres por legislador para movilizarse desde y hacia la Capital, según informa un matutino.
Con estos pasajes, muchos diputados y senadores sumaron a su ingreso un plus salarial «en negro», ya que pueden canjear los pasajes que no utilicen por dinero en efectivo, a razón de $552 por tramo.
Autoridades parlamentarias aclararon que el aumento que ahora reciben desde enero los legisladores es producto del acuerdo paritario que se alcanzó en marzo del año pasado con los gremios legislativos, publica el diario La Nación.
«Se trata de un aumento diferido; si se lo compara, el 21,8% es inferior al promedio del 24% que se otorgó a los otros gremios el año pasado. Además, los legisladores pagan la máxima escala por el impuesto a las ganancias (35%) y no se instrumentó ninguna suba en los demás conceptos, como pasajes y desarraigo», remarcó una fuente oficialista consultada por ese matutino.