El oficialismo santafesino está estresado como nunca en estos casi cinco años de gobierno provincial. El peronismo excitadamente eufórico por lo que consideran un acertado misilazo en la línea de flotación del mayor capital del socialismo gobernante: la honradez.

 

Peronistas y socialistas velan con sudorosa impaciencia el viernes 2 de Noviembre, día en que el Juez de la causa Vera Barros deberá dictaminar sobre la situación procesal de Hugo Tognoli .Cualesquiera sea la decisión de Su Señoría, los daños políticos inmediatos que causará serán estragadores.

 

En el mientras tanto, elaboran alucinadas estrategias políticas para defenderse y contraatacar. En las guerras modernas hay que ser muy precisos a la hora de fijar el blanco. Un error, por mínimo que sea, podría generar devastadores efectos colaterales. En el “caso Tognoli” ya se advierten en el por demás exacerbado peronismo y el aparentemente desacoplado Frente gobernante algunas delicadas fallas de interpretación de mapas políticos y utilización de estados de situación que bien podrían ser generosamente aprovechados por terceros actores políticos.

 

En el medio existe una sociedad absorta y exhausta, que se sabe víctima de las bandas de protegidos narco criminales, y ahora encima a punto de ser carne de cañón de la magnicida pelea político electoral del año que viene. ¿No será mucho?.

 

Ese maldito inconsciente de Freud.

 

El diputado provincial ultra kirschnerista Gerardo Rico tuvo un lapsus fatal cuando el periodista de esta capital Raúl Rivas en el programa radial Entre Mate y Mate le preguntó que pasaría si el Juez Federal de la Tercera Nominación de Rosario Carlos Vera Barros que ordenó detener al ex Jefe de Policía de la Provincia Comisario Mayor Hugo Tognoli le dictase la falta de mérito: “sería cómplice”, disparó Rico. Para el líder del Movimiento Evita de Rosario Tognoli debe ser procesado y condenado. Rico ya le escribió la sentencia a Vera Barros.

 

Cuarenta y ocho horas antes, en la sala de reuniones de la presidencia de la Cámara de Diputados de la Provincia que ejerce Luis Rubeo, sin la presencia de los periodistas que tomaron el hecho como natural y lógico en este tipo de situaciones, el Ministro de Seguridad Raúl Lamberto había torcido su principal argumento inicial – y el del Gobernador Bonfatti – reconociendo ante sus ex pares que en verdad tenían conocimiento de investigaciones sobre el caído en desgracia ex – Jefe de Policía Tognoli y su por entonces segundo, hoy ascendido a Jefe, Cristian Sola.

 

Tras el escándalo, el Gobernador Bonfatti (¿no debería haberlo hecho hace tiempo?) convocó a los 22 legisladores nacionales santafesinos el último viernes en Rosario, con la idea de colectivizar con los representantes santafesinos en el Congreso, algunos de ellos con llegada directa a los despachos presidenciales, la inquietante problemática del narcotráfico y el desacople logístico entre Nación (el narcotráfico es un delito federal) y la Provincia. Temática que Bonfatti planteó hace un tiempo atrás en dos reuniones mantenidas con Ministra de Seguridad de la Nación Nilda Garré y el Ministro de Justicia Julio Alak ante las sospechas – ¿fundadas? – de que el ascenso del narcotráfico impune y desafiante (en una localidad del Depto Gral López y a la vista de una comunidad distraída, los narcos hacían obras de caridad y donaban televisores a escuelas) estallaría en cualquier momento.

 

Plantón con aviso.

 

Los diputados del peronismo (con la excepción de Oscar Martínez, Daniel Germano Carlos Carranza y los senadores Carlos Reutemann y Roxana Latorre) optaron por no comenzar el cónclave (“reunión de trabajo”, describió el Ministro de Gobierno Galassi) si no se le franqueaba el ingreso a la prensa. Esto no ocurrió, y los peronistas, ofendidos, se retiraron no sin antes proferir duros conceptos sobre la actitud gubernamental. La diputada Celia Arena argumentó que la presencia de la prensa “era una garantía de transparencia»; mientras que el Ministro de Gobierno Rubén Galassi hizo notar que los diputados del FPV “dejaron la oportunidad de demostrar vocación para combatir el narcotráfico”.

 

El peronismo ya había dado indicios de que no estaba dispuesto a sentarse a conversar con Bonfatti porque consideraba la convocatoria como una “pícara movida política del Gobernador para desentenderse del asunto”. Con su cruel sinceridad el diputado Oscar “Cach” Martínez había blanqueado en su facebook: “mañana no voy a participar de la reunión a la que nos convocó el gobierno provincial en Rosario”, pidiendo un “debate de cara a la sociedad y a los medios”.

 

El presidente del Partido Justicialista José Luis Freyre, que estaba en Rosario haciendo el aguante a los diputados, a pedido de los disgustados legisladores inmediatamente convocó de urgencia para este lunes al Concejo ampliado (con presidentes comunales e intendentes) para evaluar la delicada situación, y de paso intentar abroquelar aunque sea con el caso Tognoli el disperso frente interno, que el jueves enfrentó en la Legislatura a presidentes comunales justicialistas y senadores de su mismo palo, por la media sanción del Fondo Soja y Ley de Obras Menores, llegando al borde de la agresión por parte de un presidente de Comuna cansado con las evasivas con que su compañero senador eludía el tema.

 

De película

 

Mientras tanto, las casillas de correo electrónico de los periodistas reciben sugerentes mail con “reveladores datos sobre el Caso Tognoli” dignos de ser utilizados como guiones para una próxima película sobre narcotráfico y la corrupción del poder. Quizás los datos allí aportados sean verosímiles. O tal vez formen parte de la contrainteligencia. O ambas cosas.

 

En tal caso, nada de lo que llega a los periodistas podría estar ausente en el expediente que arma fatigosamente el -para no variar también sospechado- Juez Federal Carlos Vera Barros (quien insólitamente tuvo que ordenar a las apuradas un arresto, compelido por un artículo periodístico en lugar de hacerlo por las pruebas acumuladas en una investigación) cuyo plazo de diez días hábiles para expedirse se le viene encima como un alud sin que, de acuerdo a lo filtrado por la defensa de Tognoli, haya elementos serios que lleven a un auto de procesamiento contra el ex Jefe de Policía.

 

Hugo Tognoli hasta el pasado jueves 18 era el adalid de la lucha contra el narcotráfico en la Provincia de Santa Fe con centenares de allanamientos y narcos detenidos (a pesar a los ociosos tiempos de la justicia federal y sus auxiliares Gendarmería y Policía Federal) A partir del viernes 19 a la madrugada Tognoli es condenado por la vindicta pública como socio de los criminales que combatía, merced una oportuna publicación periodística que contó con la encomiable colaboración de datos entregados en manos propias por parte de la Policía de Seguridad Aeroportuaria – PSA- que llevaba adelante pesquisas desde hacía por lo menos dos años, y dejó poco menos que pintados al Magistrado Carlos Vera Barros y la Fiscal Fiscal Liliana Bettiolo que hoy hacen malabares para atar cabos y armar una causa que quema y amenaza con llevarse puesto políticamente a mas de uno.