Tres policías que prestaban servicio en la comisaría 9ª de la localidad de Florencia, departamento General Obligado, fueron procesados por el Juzgado de Instrucción de la ciudad de Reconquista por los delitos de apremios ilegales y privación abusiva de la libertad, ocurrido a mediados de mayo.
Según la resolución judicial, los uniformados detuvieron a varios jóvenes por la presunta participación en un hecho delictivo cometido en esa localidad, ubicada al norte de la provincia. Luego de ser liberados (cinco días más tarde), los muchachos denunciaron haber sido golpeados por policías para que se hicieran cargo del delito por el cual fueron encarcelados. El caso tomó trascendencia pública luego que el defensor público Gabriel Ganón y el diputado provincial Eduardo Toniolli acompañaran a las víctimas a la Justicia a radicar la denuncia. Por su parte, el juez Virgilio Palud, a cargo de la causa, una vez cumplida la instrucción entendió que si bien hubo declaraciones de las víctimas que no pudieron ser comprobadas hay indicios suficientes para determinar la probable comisión de delitos por parte de los uniformados.
El 12 de mayo pasado, los jóvenes Martín Alejandro G., Lucio Francisco P., Roberto Gustavo V., Ángel David C. y un menor, fueron detenidos por personal de la seccional 9ª de Florencia, sospechados de participar en el robo de motos. Según la denuncia efectuada por los dos primeros, los jóvenes fueron incomunicados sin orden judicial, sometidos a golpes y amenazados y recién puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Reconquista cinco días después de su arresto. Dentro de la misma dependencia policial a su vez se encontraban detenidos otros jóvenes, Ronildo R. y Orlando R., por otra causa y que también fueron golpeados.
En una sola de las víctimas se constataron lesiones compatibles con golpes, pero de todos modos el juez entendió que de las declaraciones de los denunciantes surgieron reiterados indicios en cuanto a la metodología empleada por los policías Fabián Andrés S., de 39 años y Pablo Sebastián F., de 24.
Incluso el relato de una de las víctimas afirma que el uniformado Pablo Sebastián F. llamó a un compañero y le pidió una jeringa y tinta, luego le dijo que si no contaba dónde estaban los elementos robados le iba a inyectar en contenido de la jeringa en el brazo para que muriera. Dichos elementos fueron secuestrados en la biblioteca por personal de la Dirección Provincial de Asuntos Internos.
Los imputados afirmaron que la jeringa y la tinta la tenían para recargar los cartuchos de las impresoras, aunque el juez se preguntó cómo la víctima pudo saber de su existencia cuando no se encontraban en un lugar visible. A su vez el magistrado tuvo en cuenta el testimonio de un menor que había sido detenido junto con los demás jóvenes, que corroboró otros sometimientos sobre los arrestados.
A su vez el juez hizo alusión a otro hecho ocurrido el día 6 de junio, cuando Ronildo R. y Orlando R. fueron remitidos a la comisaría 9ª y su ingreso no fue asentado en el libro de guardia. Sus nombres recién aparecieron en el Samco local, cuando fueron trasladados desde la seccional por diversas dolencias, provocadas –según dijeron las víctimas– por violencia policial. En el centro asistencial fueron revisados por un médico, que dejó constancia del ingreso y atención.
Estos elementos probatorios y algunos testimonios llevaron al juez de Instrucción Virgilio Palud a dictar el procesamiento del oficial subayudante Pablo Sebastián F. y del suboficial Fabián Andrés S. por privación abusiva de la libertad y apremios ilegales en calidad de autores mientras que el oficial principal Darío Félix B., de 40 años, a cargo de la jefatura del lugar será enjuiciado sólo por apremios ilegales. La misma resolución confirmó que los tres uniformados –que fueron pasados a disponibilidad por orden del jefe de la Unidad Regional IX– continúen en libertad