Aunque la sociedad no lo manifiesta abiertamente, existe en la epidermis ciudadana una rara sensación de que «algo raro» ocurre en el país, y no sólo en materia económica, sino ya dentro del siempre inescrutable entramado político, cada vez más inflamable.

 

Dentro de ese turbador ambiente verbalmente belicista, azuzado con severas acusaciones cruzadas entre oficialismo y oposición política, la sociedad se encuentra navegando dentro de una espesa niebla que ya llegó a confundir a Medios y periodistas con agresivos militantes partidarios, en un destemplado ejercicio en el cual se asumen extrañas y ajenas posiciones que definitivamente confunden la lógica del oficio o profesión (cualesquiera sea la acepción, no deja de ser un honor ejercerla dignamente) de periodistas en busca del justo equilibrio informativo.

 

Las interpretaciones de los hechos forman parte del trabajo periodístico; pero la tergiversación adrede de datos y hechos para fundar opiniones es lisa y llanamente un fraude al público. Que mas tarde o temprano, como siempre ocurrió, tropezará con la verdad y le pasará facturas a quienes la hayan estafado. Aunque muchas veces prefiera ser hipócritamente embaucada para no perder cierto «status quo».

 

Está claro que los políticos, por su condición de tal, intenten transmitir mensajes sesgados a sus intereses; sea oficialismo u oposición. La sociedad lo tiene asumido; de allí que espera del periodismo conocer el «bakstage» de la política. Que algunos se esmeran en contar afanosamente cual verdades reveladas de los Sagrados Misterios. Podrían ser falsos profetas.

 

La reforma tributaria: ¿fachada proselitista?

 

La semana pasada el Ministro de Economía de la Provincia Dr. Angel Sciara respondió preguntas de unos 27 legisladores entre oficialistas y opositores, en Presidencia de la Cámara de Diputados, previo al tratamiento en ese Cuerpo de la media sanción de la reforma tributaria.

 

Los dichos de Sciara y sus interlocutores fueron registrados por cámaras de video, micrófonos, y asentados taquigráficamente, cuyas copias seguramente estarán a disposición del público en general en la página web de la Cámara. Es probable que, salvo quienes manifiesten interés político o periodístico por los dichos de Sciara y los legisladores, nadie se tomará el fastidioso trabajo de leer lo que se transcribió en tres horas de fragoroso debate en el cual abundaron copiosas cifras y cálculos que sustentaban posiciones de un lado y del otro.

 

Llamó la atención las contradicciones inmediatamente posteriores de los diputados peronistas sobre el panorama económico, financiero y presupuestario brindado por el cuidador de la hacienda pública. Mientras algunos manifestaron que el Ministro con sus cifras no hizo otra cosa más que ratificar sus temerarias presunciones sobre una Provincia cuasi quebrada; otros diputados del mismo Partido (y por momentos insólitamente hasta el mismo legislador) afirmaron que el panorama descrito por el Ministro no amerita sancionar la reforma tributaria porque los números cierran bien.

 

Bastará con remitir a nuestros lectores al archivo de nuestras notas para saber que piensa el peronismo de la gestión socialista y su devenir económico financiero.

 

También hemos reflejado de manera casi patética las contraposiciones políticas (por éste y otros temas) no sólo del peronismo, sino del Frente; contrastes que se ahondarán cuando la media sanción de la reforma tributaria baje el jueves 6 de Septiembre al recinto de Diputados para su tratamiento.

 

En algo coinciden frentistas y peronistas: la media sanción de la reforma tributaria despachada por el Senado el 13 de Julio es evaluada lisa y llanamente como un adefesio. Cómo será de conmovedora que algunos peronistas piensan que el mensaje original enviado por el Poder Ejecutivo era verdaderamente «razonable, equitativa y progresiva» (Bonfatti dixit) y que, con algunos retoques podría amoldarse a sus posiciones políticas. Y hasta llegan al extremo de asentirlo al Ministro Sciara cuando marca que lo votado en el Senador es verdaderamente un «impuestazo que no está en nuestros planes promover».

 

El debate en Diputados será sin dudas enriquecedor y esclarecedor, mas en lo político que lo tributaria. Revelará intencionalidades políticas que subordinarán los aspectos técnicos de la reforma a los intereses electorales de cara al inmediato 2013 como estación intermedia del compulsivo 2015.

 

No importarán muchos las Unidades Económicas y los mapas de Catastro para calcular el valor de la tierra o viviendas a los efectos de pagar el Inmobiliario; la progresividad o regresividad de tributos tales como Ingresos Brutos; la necesidad de grabar la renta o el patrimonio (teoría ésta última a la que adhirió la ex- Ministra de Economía Felisa Micheli de paso por Santa Fe).

 

El peronismo, aún dividido como está, intentará abroquelarse tras una reforma que demuela las posibilidades frentistas de «hacer caja» para el electoral 2013 (no es una conjetura periodística, surge de sus propias declaraciones), columpiando delicadamente entre sus necesidades políticas y las menguadas arcas de los municipios y comunas del mismo palo, que en definitiva fueron los que presionaron a la mayoría senatorial peronista para sacar los antes posible (pese a los tres meses de demora por las internas en el oficialismo y la oposición) la reforma.

 

De allí que, astutamente, el obeidista Mario Lacava quiere que previo al tratamiento de otro tema sensible como el pedido del Poder Ejecutivo para endeudar a la Provincia por 500 millones de dólares para realizar obras públicas, se discuta el presupuesto 2013, sensible en un año electoral.

 

El Presidente del Partido Justicialista José Luis Freyre, que al asumir el cargo había prometido un profundo debate partidario de la reforma para que senadores y diputados voten en el mismo sentido, se vio superado por las distintas – y contrapuestas – «visiones» de senadores y diputados; y en lugar de un ágora partidario prefirió ir a Buenos Aires a conversar con el Ministro de Economía Hernán Lorenzinos (de quien dijimos hace un par de semanas que estaba elaborando un borrador de reforma sobre el cual deberían trabajar los diputados del FPV) para transmitir a través de su ex- funcionario municipal y actual titular del bloque del FPV Darío Mascioli que se debe priorizar y de ser posible incrementar el dinero que irá a Comunas y Municipios (alrededor de 380 millones de pesos tal como salió de Senadores) tocando aún mas el avalúo agropecuario. Otra línea del peronismo, en consonancia con el radicalismo, quiere grabar al sector industrial, hoy exento.

 

El presidente del bloque del FPV Dario Mascioli comenzará esta semana a recibir a los distintos sectores tocados por la reforma que, naturalmente, «lobbyarán» en su favor. Precisamente la función de la política es armonizar y fijar prioridades entre los intereses y necesidades del estado y los particulares.

 

Mientras tanto, el gobierno convocó a los gremios estatales a proseguir con las reuniones paritarias sin hablar de aumento de sueldos, advirtiendo que el dinero previsto recaudar alcanza para pagar lo comprometido en materia salarial en Marzo y mantener el Estado «abierto».

 

Ese es el famoso Plan B del cual hablan Sciara y Galassi con una reforma acotada en sus pretensiones originales recaudatorias, y fuera de los tiempos de emisión. Bonfatti prefiere ser un poco más apocalíptico para apurar los tiempos.

 

Todo, siempre y cuando la economía nacional no se desmadre de aquí a fin de año.

 

El Plan C mejor no imaginarlo.