Parecería ser que en épocas de híper management, tiempos vertiginosos y patológicas impaciencias sociales que habilitan todo tipo de atajos para conseguir “ya mismo” lo que la física, la naturaleza, las leyes y el sentido común no aconsejan, los políticos y gobernantes – que deberían dar el ejemplo de lo contrario –  también poseen la cepa que los lleva institucionalmente a una alocada carrera para acortar tiempos hacia sucesiones constitucionales que deberían manejare con otras prudencias.

 

Ocurre a nivel nacional con las consabidas consecuencias que impactan inclusive en la economía, y también en la Provincia de Santa Fe. Nadie mide las palabras y acciones que se echan a rodar como rocas en una ladera nevada que podría generar un alud que los arrastre a todos. Un detalle: la sociedad no es ajena a estos hechos; aunque parezca distraída en el “día a día”; y es particularmente cruel cuando se harta y pasa la factura.

 

El Gobernador Antonio Bonfatti apeló a la perturbadora metáfora “rascar la olla para pagar sueldos”, abriendo la puerta al ansioso obeidismo (cuyo líder Jorge Obeid recorre la Provincia en pos del 2015) para que pase el aviso de que esa misma olla ellos la dejaron llena (de deudas, según denunciara desde siempre el socialismo) y que hasta ahora el gobierno socialista (nunca hablan del Frente) sólo se ocupó de vaciarla dispendiosa o irresponsablemente en gastos superfluos que nunca mensura.

 

Así y todo, el gobierno anunciará que esta semana girará a municipios y comunas mas de 20 millones de pesos para hacer frente al Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), (aclarando que es la única Provincia que lo reintegra) sin necesidad de emitir las letras autorizadas; y que ya enviaron en lo que va del año mas de 30 millones de pesos del denominado plan de obras menores, sin contar – aseguran – las transferencias automáticas del genérico Fondo Sojero.

 

Con respecto de las transferencias de casi nueve millones de pesos a la Municipalidad de Santa Fe y veinte millones a Rosario que molestaron inclusive a cada vez mas inquietos legisladores radicales (“si no hay plata para todos, no hay para nadie, zapateó Felipe Michlig); desde el Poder Ejecutivo explicaron que “se trata del Fondo del Conurbano que envía la Nación y se transfiere automáticamente”.

 

En torno de las afamadas Letras del Tesoro, Pagarés o Sucedáneos habilitados legislativamente para salir del paso,  precisamente se utilizarán los “sucedáneos”, que  son los cheques de pago diferido con los que el gobierno pagará a las empresas constructoras contratistas del estado para que luego transformen en efectivo (vaya uno a saber a que tasas de interés); “¿no era que para el peronismo sólo teníamos maquetas y obras virtuales, y ahora resulta que hay centenares de trabajadores en la calle por obras públicas”, se preguntan, sarcásticos, en la Casa de Gobierno.

 

Las letras se emitirán solo en la medida en que sean necesarias; “no es un financiamiento a veinte años, es dinero que tendremos que devolver en Noviembre”, se exculpan desde el Ejecutivo. Con solo observar las Provincias vecinas y peronistas Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos en sus infaustos reclamos por las deudas nacionales, Bonfatti advertirá que deberá resignarse a seguir “rascando la olla” por mucho tiempo.

 

Reforma y aumentos.

 

Tal como anticipáramos hace exactamente una semana, los gremios estatales hicieron saber la necesidad de volver a conversar sobre los sueldos, habida cuenta del 9,6% de incremento del costo de vida en este primer tramo del año medido por el IPEC. Naturalmente, desde el Gobierno dijeron que no es momento. Alberto Maguid, líder de UPCN y del cuarteto Producción y Trabajo, sub bloque del FPV en diputados, envió el subliminal mensaje de que votará la reforma tributaria esperando retribuciones espirituales desde la Casa Gris.

 

Un psicólogo a la derecha. El presidente del Partido Justicialista José Luis Freyre se reunirá este lunes con conspicuos representantes de las distintas vertientes peronistas que coexisten en senadores y diputados para tratar de unificar algún criterio sobre la reforma tributaria, por la cual el peronismo – insólitamente – pidió preferencias para tratar el 12 de julio en senadores (“somos mayoría y los radicales no nos van a marcar los tiempos”, justificó un senador justicialista ante la sorpresiva decisión). Ya suficiente fragor en el bloque PJ generó la difusión pública realizada en exclusiva por este Diario sobre las correcciones a la reforma tributaria enviadas por el Poder Ejecutivo a pedido del radicalismo: “los radicales nos arrebataron las banderas”, se acusaban mutuamente en el peronismo.

 

El jefe de la bancada del FPV de diputados Darío Mascioli, mano derecha política de Freyre, fue el encargado de juntar las partes para conformar el todo. De la misma manera que el PRO se indignó con el Gobernador Bonfatti por no haber invitado a su presidente Miguel Del Sel – lo hará próximamente –  (“salimos segundo en las elecciones”, justifican) a las reuniones que mantuvo con los flamantes presidentes del radicalismo, Eduardo Galaretto y José Luis Freyre del PJ, el afiliado peronista Oscar “Cachi” Martínez (fundador de un Partido que actúa como eventual aliado del PJ desde el cual fustiga al peronismo) se ofendió porque Freyre no convidó a su sector 100% Santafesino al cónclave de esta semana. Martínez le diría a Freyre que si los diputados y senadores del peronismo votan la reforma tributaria enviada por el oficialismo (aún con sus modificaciones) serán acusados  por su Partido – como ya lo hizo con la votación de Letras – de cómplices del gobierno.

 

El obeidismo y el perottismo (cuyos jefes aspiran a suceder a Bonfatti), junto al grupo de María Eugenia Bielsa y un sector del FPV coinciden básicamente con Martínez en que no hay que votar la reforma tributaria por ser lisa y llanamente un impuestazo encubierto.

 

De ser así, Freyre y el gobierno estarán en un problema.