El socialismo deberá cambiar aspectos sustantivos de la reforma tributaria si quiere que sus socios radicales la apoyen. El peronismo apoyará unos y rechazará otros.
José Luis Freyre Asumirá este lunes la presidencia del Partido Justicialista encarnando la visión kirchnerista de esta nueva etapa que sepulta para siempre al reutemismo.
En definitiva el fútbol es la expresión sociológica de la vida misma. Por estas horas las definiciones de ascenso y descenso de los dos torneos más importantes de la Asociación del Fútbol Argentino están cargados de dramatismo, intrigas, suspicacias que nunca faltan, y finales abiertos. Lo mismo sucede en la Provincia de Santa Fe con la reforma tributaria, mediatriz entre las intencionalidades políticas y financieras del oficialismo y oposición.
El Poder Ejecutivo socialista envió al Parlamento el mensaje de la reforma sin terminar de cocinarla con el radicalismo, según se quejan los correligionarios; situación que lo puso de muy mal humor e hizo que de manera sistemática comenzaran a ralear sus asistencias a las reuniones de Comisión conjunta de Presupuesto y Hacienda y Economía, Agricultura, Ganadería, Industria, Comercio y Turismo que presiden los senadores peronistas Alcides Calvo y Rubén Pirola, quienes optaron por no seguir recibiendo a entidades y organizaciones afectadas por la reforma, hasta que el FPCyS aunase criterios y asistiera a las reuniones.
“No vamos a poner la cara por una reforma que políticamente no compartimos”, argumentaban, íntimamente satisfechos por el estancamiento al que había llevado el tema los radicales. Miguel Lifschitz, único senador socialista tampoco aportaba su oficialista presencia en los cónclaves; “quiere ser candidato a Gobernador y se preserva de los costos”, sospechaban los peronistas
El Gobernador Bonfatti tomó nota de las quejas peronistas que le habían devuelto la pelota a su terreno, y de inmediato convocó a sus socios radicales quienes, en lugar de asistir para debatir el futuro de la Ley, se dieron por ofendidos debido sendas notas de opinión publicadas por dos semanarios rosarinos que enojaron a los senadores radicales aludidos Felipe Michlig y Rodrigo Borla, y pegaron el faltazo, justificándolo con un impreciso documento conciliar y recriminatorio a la vez, en el cual hicieron saber que no estaban de acuerdo con los revalúos inmobiliarios y continuar manteniendo excensiones al sector industrial.
Finalmente, y tras la presencia conciliadora del Presidente del Comité Nacional de la UCR Mario Barletta en el despacho de Bonfatti, una avanzada de senadores y diputados radicales aceptaron reunirse con el Gobernador para acordar una salida política a la reforma, tomando en cuenta los puntos controvertidos antes mencionados y lo medular: definir el tratamiento de la Ley antes del receso invernal de Julio.
De inmediato, los senadores del radicalismo fueron a ver a sus pares peronistas para volver a poner la pelota en su campo, recibiendo como toda respuesta que si el FPCyS quiere cobrarle Ingresos Brutos al sector industrial y morigerar los avalúos fiscales para el campo y quitar los urbanos, el Poder Ejecutivo deberá enviar un texto complementario. Astutos, Calvo y Pirola no quisieron cargar con el costo político de que en sus Comisiones se incorporen al mensaje del Ejecutivo el nuevo gravamen del 0,5% a las industrias que facturen más de 50 millones de pesos, y las correcciones a los avalúos fiscales, que para el peronismo lisa y llanamente no deben tocarse. Otra vez la pelota en el terreno de juego socialista.
Por estas horas, seguramente contra su voluntad, el Ministro de Economía Angel Sciara estará definiendo un borrador con los nuevos textos que previamente deberán pasar por el tamiz radical antes de emprender viaje hacia el Palacio Legislativo.
Los números que convencieron al radicalismo.
El argumento pecuniario que terminó de convencer al radicalismo para morigerar el revalúo fiscal agropecuario (mas allá que el peronismo lo considera ilegal desde el vamos porque no se citó a la Junta Evaluadora que existe por Ley) tiene que ver con los incrementos de entre 5 y 12 veces que tendrán las boletas de los que ya pagan Bienes Personales, de acuerdo al texto primigenio enviado por el Poder Ejecutivo.
Es así como los campos ubicados en el Departamento 9 de Julio, cuya Unidad Económica es de 1.500 Has, Bienes Personales se incrementaría 8 veces; mientras que los campos ubicados en los Departamentos Castellanos y Las Colonias, cuya Unidad Económica es de 300 Has se incrementarían 12 veces.
Por su parte, en el Departamento sureño de Gral López, adonde la Unidad Económica es también de 300 Has, Bienes Personales se incrementaría ocho veces y media; y en el Departamento Belgrano, cuya Unidad Económica es de 200 Has, el incremento sería de 7 veces. En el Departamento San Martín, con una Unidad Económica de 300 Has, el incremento sería de 12 veces.
A modo de ejemplo, un campo ubicado en el Departamento San Martín, que hoy día paga $ 2.200 por año de Bienes Personales, llegaría a pagar con la Ley del Poder Ejecutivo $ 26.000, y si consideramos el Inmobiliario Rural, ese mismo chacarero que hoy abona $ 4.800 y pasaría a pagar con el revalúo $ 14.000.
De la misma manera, un campo en el Departamento La capital, cuyo incremento en Bienes Personales es de 9 veces, llevaría la cifra a sufragar de $ 3.000 a $ 28.000, mientras que de Impuesto inmobiliario pasaría de $ 2.500 a $ 7.000.
Habrá que ver ahora que ingeniería financiera realizan en Economía para, atenuando los avalúos fiscales, la recaudación sea la prevista (800 a 1000 millones para el Poder Ejecutivo y 500 millones a repartir entre Municipios y Comunas).
Spinozzi, último bastión reutemista.
Cuando este lunes el actual Presidente del Peronismo santafesino Ricardo Spinozzi le traspase la titularidad del Partido Justicialista a su coterráneo el intendente de Venado Tuerto José Luis Freyre, se habrá extinguido el último vestigio de la civilización reutemista que gobernó la Provincia durante 16 años, alternando períodos con el obeidismo subrogante, que ahora sin el paraguas del “Lole” Reutemann buscará llegar al Sillón del Brigadier en el 2015 a través de su líder Jorge Obeid, previa escala intermedia en las legislativas nacionales del año que viene.
Spinozzi llegó a la presidencia del PJ, máxima distinción de todo militante político, fruto de un acuerdo entre Carlos Reutemann y Néstor Kirchner en el año 2008 para evitar una interna entre Spinozzi y Agustín Rossi, que en verdad iba ser entre Reutemann y Kirchner.
Ocho años después el reutemismo está en retirada total: ningún legislador provincial exhibe credenciales como tal; y sus espadas nacionales fluctúan entre el PJ-FPV (Celia Arena) y el Frente Peronista (Carranza, Germano) y tampoco el reutemismo participó del entramado interno que ungió a Freyre como nuevo Presidente del PJ.
Desde este lunes 18 el peronismo quedará en manos del triunvirato Rossi, Obeid, Maguid, conjuntamente con el Foro de Intendentes al cual adscribe, manteniéndose como franquiciante del FPV, pero a prudente distancia del resto, Omar Perotti, que colocó a Roberto Mirabella después de Freyre, cuya paternidad política se disputan el propio Foro de Intendentes (pro K) y el diputado nacional Agustín Rossi.
Orbitan ahora en la extensa galaxia del nuevo peronismo post Reutemann el obeidismo, el rossismo, el peronismo federal (salvo que los expulsen por su sociedad no avalada institucionalmente con el PRO), quizás dentro de algún tiempo el sciolismo; Producción y Trabajo (UPCN-Maguid) y agrupaciones satélites kirchneristas tales como el Movimiento Evita y La Cámpora.
El psicólogo venadense José Luis Freyre tendrá la ciclópea tarea de conducir al peronismo hacia las elecciones parlamentarias nacionales del año que viene, test match de la gubernativa del 2015 (junto a la renovación de los concejos municipales y autoridades comunales en la Provincia) en la cual jugarán su destino político aspirantes de la talla de Agustín Rossi (cuyo mandato de Diputado Nacional termina en el 2013 y ya anunció que va por un nuevo período), y Jorge Obeid.
También aspira a colar candidatos a diputados nacionales el empinado movimiento político gremial Producción y Trabajo, y quienes consigan financiamiento para embarcarse en una costosa campaña, toda vez que el año que viene regirá el sistema electoral de internas abiertas para diputados nacionales. Ya nadie dividirá los votos por afuera. Todos sumarán, como en las provinciales, para la lista definitiva de las generales.
El peronismo, unido o por separado deberá enfrentar en las Primarias nacionales a la probable dupla Binner-Barletta (si el radicalismo no va con lista propia) y el enigma Miguel Del Sel, que medirá sus propia fuerza electoral cosechada el año pasado, como primer candidato a Diputado Nacional, a manera de pole position del Gran Premio que será la Gobernación del 2015.
La cuenta regresiva ya empezó.